Fotografía de Man Ray

Fotografía de Man Ray
Espejos. Patios. Umbrales. Silencios. Ritos. Esquinas. Exilios. Naufragios. Horas. Otoños. Ventanas. Sombras. Enigmas. Pretéritos. Hay palabras que me enuncian. A veces las pronuncio en versos. En susurros o a los gritos. Para que no se mueran en mi boca. (Fotografía de Man Ray)

domingo, 30 de mayo de 2010

OFICIANDO EL RITO DE ENREDAR LAS HORAS

Fotografía de Lena Sergeeva

NAUFRAGIOS DE DOMINGO

Hay un puñal que hace la piel en trizas.
Hay un incendio que destruye el trigo.
Y un sueño malo viaja por caminos
donde corren los días.

En la curva engañosa de la brisa
un barco se perdió de su destino.
Hay extraños naufragios de domingo
en otras avenidas.

Con el ala quebrada
un viejo afecto yace en los alambres
y se muere en las púas de las horas.

Hay que acunar el alma
porque un puñal de adiós rasga la tarde,
porque un fuego de olvido arde en las rosas.


Gianni Strino



NO FUIMOS MÁS QUE DOS

No fuimos más que dos y un evangelio
manuscrito en versículos herejes,
un dúo de demonios penitentes
adicto a descifrar los sortilegios.

Éramos los guerreros de un ejército
de ángeles con cruces en la frente,
una obstinada multitud de jueves,
una constelación, dos hemisferios.

Pájaros rescatados de la ciénaga,
una bandada en vuelo sobre el patio,
ahora soterrada en los escombros.

Quedó una dinastía de aves huérfanas.
No fuimos más que dos, y éramos tantos.
No fuimos más que dos, y éramos todo.



Fotografía de Lena Sergeeva

RONDA

Es demasiado tarde para escribir poemas.
Una noche tan alta, tan tardía,
tan medianoche en todos los relojes
que ni los gestos mojan las palabras.

Pero igual vengo
del techo revestido con madera,
de los estantes donde duermen libros,
del sofá con el molde de mi talla,
la luz de la mesilla,
y de dos jarras que compré en Venecia,
que corrí a comprar justo cuando partía
rumbo a algún otro puerto
porque el verano había terminado.

Vengo, ya ves, también de las memorias.

Vengo desde los mismos trastes mansos
con su cariz de viejas cosas mías,
su color sepia,
su olor a pino.

Vengo de verso en verso
tanteando la anchura de la noche
hasta tu patio y rondo las ventanas
que por no verte
traigo perros hambrientos en los ojos.


Van Gogh


CUANDO ESTOY TRISTE ME TRANSFORMO EN ÁRBOL

Cuando estoy triste, cuando estoy muy triste,
se me brotan ramajes del costado,
sobre mi piel se extiende una corteza
y vigas de madera son mis brazos.
De mis cabellos cuelgan hojas mustias
sin esperanza verde en nuevos vástagos
ni consuelos de azul sobre la fronda
que el corazón dibuja en el espacio.

Cuando estoy triste, cuando estoy muy triste
nacen del cuenco agreste de mis manos
las almendras amargas del silencio
y una savia de hiel corre en los tallos.

Expuestos al rigor de la intemperie
dentro y fuera de mí tiemblan los pájaros
que anidan en las cruces de mi leño
de surcos boquiabiertos, asombrados
de lo cuánto el dolor me vuelve espesa.

Cuando estoy triste me transformo en árbol.




Mike Worral

VENDAVAL

Alguien está soñando que es un ramo
que se quiebra en la cruz de mi baluarte,
en el telón del sueño hay un aguaje
donde se ahoga aquél que me ha soñado.

A su sepulcro llevo años de llanto
reseco y escondido en los costales,
es una paradoja mi semblante
e incertidumbres fluyen de mis manos.

Un vendaval y yo y un muerto ajeno,
ambos sin equipaje ni apellido,
compartimos idéntica intemperie.

No sé si el sueño es mío o si algún muerto
desde su soledad sueña conmigo
y me ve triste dentro de su muerte.


Lilya Corneli


SI TE VAS

Si tú te vas primero me suprimo
del escenario nuestro y absoluto,
mis pies se olvidarán de ese camino
que lleva a nuestra casa, a nuestros muros.

Por si acaso te vas me desdibujo,
me vuelvo sombra de tu sombra, al borde
de las alas de un pájaro nocturno
he de emigrar hacia un lugar sin nombre.

Si me dejas envuelta en ese enorme
asombro que tus manos no atemperan
me incrusto en la madera de los robles,

me cambio en mineral entre las piedras,
me elimino de mí, borro mis trazos,
seremos tú y yo silencio exacto.




Kimberly Dow


QUIEN MUERE

Para decir los cauces del absurdo
habría que esculpir nuevos vocablos
con talle de cincel, a fino trazo,
gráciles como juncos.

Pero si toca hablarnos con los puños,
el corazón y el verbo acorazados,
por no enfrentarnos con saeta y arco
mejor quedamos mudos.

Si aguzamos el filo de los sables
para asediar del pecho las almenas
y desangrar la carne,

más vale erguir un muro entre los verbos
porque de un lado al otro no se vea
quien se muere primero.




Ben Snijders

JUEVES

Este jueves nació equivocado.
Hay tardanzas pendientes de las horas.
Un rosario de enigmas
se retuerce en la piel de la mañana.

Este jueves se arrastra hacia mis manos,
en minuteros húmedos resbala
y tropieza en la ronda del reloj.

Mientras no se deshacen
los pliegues de la noche
enmaraño conjuros de verano
que me protejan de decir tu nombre
en la trinchera última del pecho
donde se despedazan las alas de los pájaros.




George Pierre Seurat

SIN TIEMPO

Un día te despiertas sin tiempo entre las manos.
La noria de los días no susurra
más que pretéritos
en las voces del agua:
lo que pudo haber sido y lo que fue.

Qué escaso porvenir cada mañana.
Qué poco sobra para tanto olvido.

Ahora hay que apurarse en ordenar
el saldo de una vida.
Despejar los baúles de innecesarias brújulas,
secar la lluvia que quedó en los párpados,
limpiar de los recuerdos sus auréolas,
descartar cicatrices
que sobrepasan el tamaño de la herida,
borrar nostalgias sin coincidencia
con las inmensas penas que causaron,
dejar durmientes en sus signos mudos
a acuarelas y gárgolas.

Hay que buscar la lápida
en donde enterrarás tus evangelios.


Egon Schiele

CAMBALACHE

Y de pronto una estrofa -¿y por qué no?-
una sola, febril, desaseada,
violenta y sudorosa,
sin pesares ni duelos,
como un flechazo justo en la pupila,
que muestre los engaños y perjurios,
el desfalco que hice en mis verdades,
los sueños disipados,
mi falta de piedad, mi indiferencia,
el fraude en el amor, el cambalache
que perpetré en mi propia biografía,
una estrofa que nazca en mis entrañas
y se enferme en la sílaba penúltima
y muera en la penúltima frontera:
hay siempre otro sonido allende el canto
y un nuevo territorio allende el verso.


Gustav Klimt

CORAZÓN DE PATIO

Resuena en este corazón de patio
con ángeles de vidrio en sus almenas,
muros de piedra y cal y enredaderas,
tu voz como un presagio.

La escucho en el tropiezo de mis pasos
en las rayuelas rotas de la espera
donde se enmarañó mi sombra vieja
al ras del calendario.

Me habla con su signo de demoras
cuando el viento sisea sus fatigas
al norte de mis ejes.

Y me dice que al margen de las olas
me nombra, en el azar de sus enigmas,
un hombre a la intemperie.



Bernhard Gutman

HUBO UN TIEMPO DE ESPEJOS Y DE PATIOS

Hubo un tiempo de espejos y de patios,
de umbrales y silencios,
de ausentes generosos que volvían
si el echarles de menos
fuese un nudo en el bies del horizonte.

Pero fue antes
cuando los ángeles
eran los pensamientos de aquellos que me amaron.

Ahora no.
Ni siquiera los versos me acompañan
en la escasez del cielo
sobre el tejado.